Hoy después de innumerables noches
No ha habido sonido de balaceras en las calles
Hoy no he escuchado amenazas de muerte,
Ajusticiamiento, o venganza
Los condenados parecen haber pagado
De la peor forma posible sus cuentas
O quizás, finalmente,
Hayan logrado conseguir el dinero suficiente
Como para arreglar sus diferencias
En fin, pese a la cercanía, todo esto no me incumbe
En lo que a mi concierne
Pernocto con las gónadas perpetuamente agradecidas
Con los cojones plenamente satisfechos
Con las pelotas saciadas y retribuidas en lo más profundo
La condición humana es así
Para algunos, la vida es un fenómeno inexplicable
Una intrincada maraña inexpugnable
Para otros, una perturbadora y extenuante lucha constante...
No obstante, para mí, hoy por hoy
La vida es sólo esto
Sólo un juego más
Saciar el espíritu, el estomago y las gónadas
Esto es lo primordial
Lo único que realmente importa
Esta es mi verdad, esta es mi jugada
En mi mano tengo un As y un Kaiser de corazones
En la mesa observo de reojo
Una Quina, una Jota y un Diez del mismo palo
“Escalera real de color”
La suerte del maldito me acompaña otra vez
Mi áurea se ve envuelta en una mágica bendición inmerecida
Voy por ello
Por la jugada máxima
Persisto
All-in…
No existe nada mejor en la escala evolutiva,
No en este juego sedicioso llamado amor…
Tu hembra acariciando y apaciguando
El rencor pasional de tu sexo,
Placer pleno en una noche de codicia…
No existe nada más gratificante
Para este jugador empedernido
Se cierne sobre mí, se clava
Su bendición me rodea
Me conjura en un éxtasis abismante
En un frenesí oculto y subliminal
Tengo en mis dedos la fragancia calcinante de su coño
De su sexo apetecible y adictivo
De su piel desgarradora y mística
Mientras a su vez, en la cama se observa su exquisita ropa interior
Sus inmisericordes prendas extraviadas entre las sabanas
Desperdigadas sobre innumerables secreciones,
Todas ellas, diseminadas a mansalva
En este lecho pernicioso y pendenciero
Subo la apuesta
Todas las fichas a la mesa
Estas son, ciertamente, las mejores cartas
Son de igual manera, la mejor oportunidad para este perdedor
Para este ludópata sexual rehabilitado y subsanado
Por la intrigante concupiscencia
De una cálida amante porteña...
De esta forma, no hay modo de resultar vencido
De ser doblegado, de padecer derrotado…
Y a ella,
Al menos a ella,
A esta mujer,
No la voy a perder jamás…
Y ya no hay nada más, al menos por hoy
de lo que quiera hablar