lunes, octubre 26, 2009

Jugada máxima



Hoy después de innumerables noches

No ha habido sonido de balaceras en las calles

Hoy no he escuchado amenazas de muerte,

Ajusticiamiento, o venganza

Los condenados parecen haber pagado

De la peor forma posible sus cuentas

O quizás, finalmente,

Hayan logrado conseguir el dinero suficiente

Como para arreglar sus diferencias


En fin, pese a la cercanía, todo esto no me incumbe

En lo que a mi concierne

Pernocto con las gónadas perpetuamente agradecidas

Con los cojones plenamente satisfechos

Con las pelotas saciadas y retribuidas en lo más profundo


La condición humana es así

Para algunos, la vida es un fenómeno inexplicable

Una intrincada maraña inexpugnable

Para otros, una perturbadora y extenuante lucha constante...

No obstante, para mí, hoy por hoy

La vida es sólo esto

Sólo un juego más

Saciar el espíritu, el estomago y las gónadas

Esto es lo primordial

Lo único que realmente importa


Esta es mi verdad, esta es mi jugada

En mi mano tengo un As y un Kaiser de corazones

En la mesa observo de reojo

Una Quina, una Jota y un Diez del mismo palo

“Escalera real de color”

La suerte del maldito me acompaña otra vez

Mi áurea se ve envuelta en una mágica bendición inmerecida

Voy por ello

Por la jugada máxima

Persisto

All-in…


No existe nada mejor en la escala evolutiva,

No en este juego sedicioso llamado amor…

Tu hembra acariciando y apaciguando

El rencor pasional de tu sexo,

Placer pleno en una noche de codicia…

No existe nada más gratificante

Para este jugador empedernido


Se cierne sobre mí, se clava

Su bendición me rodea

Me conjura en un éxtasis abismante

En un frenesí oculto y subliminal

Tengo en mis dedos la fragancia calcinante de su coño

De su sexo apetecible y adictivo

De su piel desgarradora y mística

Mientras a su vez, en la cama se observa su exquisita ropa interior

Sus inmisericordes prendas extraviadas entre las sabanas

Desperdigadas sobre innumerables secreciones,

Todas ellas, diseminadas a mansalva

En este lecho pernicioso y pendenciero


Subo la apuesta

Todas las fichas a la mesa

Estas son, ciertamente, las mejores cartas

Son de igual manera, la mejor oportunidad para este perdedor

Para este ludópata sexual rehabilitado y subsanado

Por la intrigante concupiscencia

De una cálida amante porteña...


De esta forma, no hay modo de resultar vencido

De ser doblegado, de padecer derrotado…

Y a ella,

Al menos a ella,

A esta mujer,

No la voy a perder jamás…

Y ya no hay nada más, al menos por hoy

de lo que quiera hablar